III parte

Qué es el colesterol

Debemos saber que existen dos tipos de colesterol:

  • El colesterol como componente de los alimentos.
  • El colesterol presente en nuestra sangre.

¡NO SON LO MISMO!

El colesterol en los alimentos es simplemente un componente más de estos, al igual que el azúcar, las vitaminas, las proteínas o las grasas. Desafortunadamente, no solemos prestarle mucha atención cuando leemos las etiquetas, y muchas veces pasa desapercibido.

Por eso, nadie que no te conozca sabe cuánta cantidad de colesterol consumes. De todas formas, para averiguarlo, se pueden hacer pruebas de sangre. El colesterol se encuentra únicamente en alimentos de origen animal, por lo que si eres un gran amante de las hamburguesas con queso o de los yogures y batidos de leche, deberías controlarlo de vez en cuando, solo para asegurarte de que no te has pasado 🙂

Por eso se mide el colesterol en la sangre.

El colesterol en la sangre

El colesterol en la sangre es una sustancia producida por nuestro hígado, lo cual es distinto al colesterol que consumimos, pero ambos están estrechamente relacionados.

El colesterol es una sustancia cerosa que se asemeja mucho a la grasa. Presente en nuestra sangre, desempeña un papel crucial en la construcción de las células, especialmente en la formación de sus membranas, las capas que envuelven cada célula.

Esta sustancia es sintetizada por nuestro hígado, el cual también regula la cantidad o nivel de colesterol proveniente de nuestra dieta y los alimentos que ingerimos. Una dieta rica en ciertos alimentos puede ocasionar una producción excesiva de colesterol, lo cual puede representar un problema. El hígado puede secretar todo el colesterol que necesitamos, pero el exceso de alimentos que también lo contienen, como las proteínas animales (carne, huevos, lácteos), las grasas saturadas y algunos carbohidratos, pueden aumentar su producción.


Aproximadamente entre un 67% y un 75% del colesterol en nuestro cuerpo es producido por el hígado, mientras que entre un 25% y un 33% proviene de nuestra dieta.


El colesterol se encuentra en todas las células de nuestro cuerpo y es vital para su correcto funcionamiento. Es indispensable para la producción de hormonas, vitamina D y ácidos biliares, y ayuda a mantener la firmeza y flexibilidad de la membrana celular, que es el material que envuelve cada célula.

El ciclo del colesterol

El ciclo del colesterol es crucial para el funcionamiento del cuerpo humano. Comienza con la secreción de colesterol en el hígado, desde donde pasa a la sangre.

Cuando consumimos alimentos que contienen colesterol, la dinámica cambia: el colesterol viaja desde la sangre hacia el hígado. Sin embargo, dado que el colesterol es una sustancia grasa y no se mezcla fácilmente con los líquidos corporales, necesita asociarse con lipoproteínas para poder moverse por todo el cuerpo. De esta manera, el colesterol puede ser distribuido a varios órganos.

Es esencial mantener un equilibrio en este proceso. Aunque el hígado produce su propio colesterol endógeno en cantidades adecuadas, también regula la cantidad total de colesterol en el organismo. Sin embargo, en situaciones como una ingesta copiosa de alimentos ricos en colesterol exógeno, la producción de colesterol puede aumentar significativamente, provocando niveles elevados de colesterol en el cuerpo.

El exceso de colesterol es transportado de vuelta al hígado mediante las partículas HDL, donde es eliminado en forma de ácidos biliares. Este proceso ayuda a mantener los niveles de colesterol en el cuerpo dentro de rangos saludables y evita la acumulación excesiva de esta sustancia en el sistema circulatorio.

El colesterol bueno HDL y el colesterol malo LDL

El colesterol no puede moverse solo por el cuerpo porque es una grasa y las grasas no se mezclan bien con los líquidos del cuerpo. Para transportarse, el colesterol se asocia con unas cápsulas llamadas lipoproteínas. Hay dos tipos principales:

  1. Colesterol LDL (Lipoproteínas de Baja Densidad):
  • Qué hace: Transporta colesterol desde el hígado a las células del cuerpo.
  • Por qué es importante: Si hay demasiado colesterol LDL, puede acumularse en las paredes de las arterias, formando placas. Esto puede provocar obstrucciones y aumentar el riesgo de enfermedades del corazón.
  • Cómo se le llama: A veces se le llama «colesterol malo» porque el exceso puede ser perjudicial para la salud cardiovascular.
  1. Colesterol HDL (Lipoproteínas de Alta Densidad):
  • Qué hace: Transporta el exceso de colesterol desde las células de vuelta al hígado.
  • Por qué es importante: Ayuda a eliminar el colesterol de las arterias y lo lleva al hígado para su eliminación. Esto reduce el riesgo de acumulación de placas en las arterias.
  • Cómo se le llama: Se le llama «colesterol bueno» porque ayuda a mantener las arterias limpias y saludables.

En resumen, LDL es el colesterol que puede causar problemas si está en exceso, mientras que HDL es el colesterol que ayuda a proteger tu corazón. Mantener un equilibrio saludable entre ambos tipos es clave para una buena salud cardiovascular.

Las LDL ( lipoproteínas de baja densidad )

  • Las LDL ( lipoproteínas de baja densidad )

se consideran el colesterol malo, ya que aportan el colesterol a la sangre. Su función principal es atraer más colesterol a la sangre, lo que puede facilitar la formación de acumulaciones. Estas lipoproteínas transportan el colesterol a los tejidos y las arterias, contribuyendo a la acumulación de depósitos de grasa en las paredes arteriales. Esto provoca que las paredes arteriales se vuelvan más gruesas y que se acumule el depósito graso ( ateroma ), estrechando así las arterias y dificultando el flujo sanguíneo. Si estos depósitos se rompen, pueden generar coágulos en la sangre que bloqueen por completo el paso sanguíneo, provocando obstrucciones en las arterias que van hacia el cerebro, lo que puede resultar en un ictus. Las partículas de LDL añaden el colesterol a las placas. Un exceso de colesterol malo LDL circulante en la sangre ( hipercolesterolemia ) puede provocar la formación de placas de grasa en las paredes arteriales, aumentando así el riesgo de obstrucción y enfermedades cardiovasculares como el ictus o la cardiopatía. Las causas de la hipercolesterolemia incluyen la dieta.

Las placas de las arterias

son acumulaciones de grasa que se forman en las arterias, estrechando y bloqueando el flujo libre de la sangre. Se producen cuando no hay un equilibrio adecuado entre la cantidad de LDL y HDL en la sangre. Cuando el nivel de LDL supera al de HDL, esto indica la formación de placas en las arterias. La acumulación de grasa dificulta el flujo sanguíneo a través de las venas, lo que aumenta la presión arterial y puede provocar enfermedades cardiovasculares, como cardiopatías.

Si estas placas se rompen, pueden formarse coágulos en la sangre, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares graves, como el ictus (cerebral) o el infarto (cardíaco), dependiendo de las arterias afectadas.

Sus niveles recomendados son:

  • Por debajo de 55 mg/dl para quienes tienen diabetes tipo 2 y aquellos que han sufrido alguna enfermedad cardiovascular.
  • Por debajo de 100 mg/dl para quienes tienen un riesgo alto.
  • 115 mg/dl para quienes tienen un riesgo moderado.

El LDL aumentado activa las enfermedades pero lo puedes frenar a tiempo

El 80% de las enfermedades cardiovasculares y hasta el 90% de los infartos podrían prevenirse llevando una dieta y estilo de vida saludables, que incluyen aumentar la actividad física, dejar de fumar, bajar de peso, controlar la diabetes ( ya que los diabéticos suelen tener niveles elevados de azúcar en sangre, lo que aumenta el colesterol LDL y reduce el HDL ), evitar las grasas trans y saturadas, y consumir alimentos saludables ricos en antioxidantes y proteínas vegetales. La hipercolesterolemia familiar, causada por un 2-3% de los genes, puede permanecer latente si no se activa.

El proceso danino – el resumen:

Las lipoproteínas LDL transportan la grasa hacia la pared arterial. Esto causa que la pared arterial se engrose y se acumule un depósito graso conocido como ateroma. Como resultado, la arteria se estrecha, lo que dificulta el paso sanguíneo. Si estos depósitos se rompen, pueden formarse coágulos en la sangre que pueden bloquear por completo el flujo sanguíneo. Esto puede provocar un ictus si la obstrucción ocurre en las arterias que van hacia el cerebro, o una cardiopatía si la obstrucción se produce en las arterias que van hacia el corazón.

Las HDL ( lipoproteínas de alta densidad )

  • Las HDL (lipoproteínas de alta densidad)

se consideran el colesterol bueno, ya que retiran el colesterol de la sangre y de las placas arteriales, y lo devuelven al hígado para su eliminación.

Su función principal es eliminar el colesterol malo LDL de la sangre, transportándolo al hígado, donde es excretado a través de las sales biliares. Niveles altos de HDL indican una mayor eliminación de placa de las arterias, lo que reduce la formación de placas. Por el contrario, niveles bajos de HDL pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Las partículas de HDL devuelven el exceso de colesterol, tanto de la sangre como de las placas arteriales, al hígado para su eliminación. Además, retiran el colesterol de las placas arteriales, contribuyendo así a la limpieza de las arterias y reduciendo el riesgo de obstrucciones.

El arte de mantener el equilibrio

El desafío consta de mantener un equilibrio óptimo entre el HDL (colesterol bueno) y el LDL (colesterol malo).

La situación ideal implica tener un nivel bajo de LDL (↓) y un nivel alto de HDL (↑). Esto se logra mediante una alta ingesta de productos ricos en grasas insaturadas, conocidas como grasas saludables.

Grasas saludables:

El consumo de grasas saludables, como las presentes en el aceite de oliva extra virgen, el pescado azul, el aguacate y las nueces, aumenta el colesterol bueno (HDL) y reduce el nivel del colesterol malo (LDL). Este equilibrio resulta en una menor presión arterial y, por ende, en un menor riesgo de padecer enfermedades cardíacas.

Corrige lo que puedas mientras aún estés a tiempo

Corregir el LDL alto (↑) y un HDL alto (↑):

La ingesta excesiva de grasas saturadas provoca un aumento simultáneo en los niveles de colesterol bueno y malo. Anteriormente, se creía que el colesterol bueno compensaba el malo, pero ahora se piensa lo contrario. Esto implica la necesidad de reducir drásticamente la ingesta de grasas saturadas, ya que en algunos casos son muy perjudiciales.

Las grasas saturadas no deberían representar más del 10% del consumo diario. Se deben reducir productos como la carne, los frutos secos y los lácteos y sus derivados.

Corregir el LDL alto (↑) y  HDL bajo (↓):

La ingesta excesiva de productos que contienen grasas trans, como los aceites vegetales hidrogenados, provoca un aumento en el nivel de LDL y una disminución del nivel de HDL.

Es esencial eliminar los siguientes productos de la dieta:

  • Margarinas y aceites hidrogenados.
  • Mantequilla y manteca que se encuentran en pasteles, galletas, dulces y alimentos procesados.
  • Galletas industriales.
  • Comida precocinada.
  • Comida procesada.
  • Alimentos fritos.

Las grasas trans:

son tan perjudiciales que no se puede recomendar una dosis segura para su consumo. Algunos países han prohibido su uso en alimentos o su producción.

Los consejos que puedes seguir para conservar tu buena salud

Consejos a seguir para prevenir:

  • Adoptar una dieta y estilo de vida saludables.
  • Aumentar la actividad física.
  • Dejar de fumar.
  • Controlar el peso corporal.
  • Controlar la diabetes, ya que los niveles elevados de azúcar en la sangre en personas diabéticas suelen conllevar un aumento del colesterol LDL y una reducción del HDL.
  • Evitar el consumo de grasas trans y saturadas.
  • Consumir alimentos ricos en antioxidantes y proteínas vegetales.
  • En el caso de la hipercolesterolemia familiar, que afecta solo al 2-3% de la población, es importante estar al tanto de la genética, pero si los genes no están activos, permanecerán inactivos.
  • Incorporar más alimentos que contengan Omega-3, ya que esto hace que la sangre sea menos viscosa y reduce el riesgo de coagulación. Estos alimentos incluyen ajo, hojas verdes y verduras de hojas verdes, y aceite de oliva extra virgen.

Sobre la paradoja del alcohol y la salud:

Existe una creencia popular de que el consumo moderado de alcohol puede ayudar a reducir el riesgo de accidente cerebrovascular (ictus), ya que se pensaba que ensanchaba los vasos sanguíneos y facilitaba el flujo sanguíneo. Sin embargo, estudios recientes han negado esta afirmación y no respaldan los supuestos efectos positivos del alcohol en la salud.

Los niveles perfectos

Aquí tienes las correcciones necesarias:

Los niveles de colesterol ideales son:

  • Por debajo de 150 mg/dl.
  • El rango medio del colesterol en la población china es de 97 a 170 mg/dl.
  • En cambio, el rango medio del colesterol en la población norteamericana es de 200 a 290 mg/dl.

Los valores y rangos de colesterol varían según el país de residencia. Desafortunadamente, nuestros estándares representan un riesgo significativo para el desarrollo de enfermedades cardíacas, y parece «normal» padecer alguna de estas enfermedades en los países occidentales.

Los niveles bajos y muy bajos de colesterol en general (97-150 mg/dl) se consideran muy buenos. A medida que disminuye el nivel de colesterol en la sangre, también disminuye la incidencia de enfermedades como los cánceres de:

  • colon
  • recto
  • hígado
  • pulmón
  • mama
  • leucemia
  • cerebro
  • estómago
  • garganta

Los productos que aumentan los niveles de colesterol malo LDL:

Los productos que tienden a aumentar los niveles de colesterol en la sangre son las proteínas animales, como:

  • la carne
  • el pescado
  • los huevos
  • la leche
  • las grasas animales

Por otro lado, los productos que tienden a disminuir los niveles de colesterol en la sangre son las proteínas vegetales, presentes en:

  • la vegetales
  • las frutas
  • los cereales
  • las verduras
  • las plantas

Resumen

Descubrir más sobre el colesterol vale la pena. Contrario a la creencia popular, el colesterol no es necesariamente malo. De hecho, el simple hecho de que nuestro propio cuerpo lo produzca indica que es esencial para nuestro sistema. Sin embargo, entender las consecuencias de su abuso, especialmente a través de ciertos alimentos, puede evitar problemas de salud a largo plazo. No es necesario ser un experto, pero ser consciente de cómo reacciona nuestro cuerpo ante diferentes factores externos nos hace más fuertes y preparados para el futuro. En última instancia, gran parte de nuestra salud depende de nuestras elecciones y acciones individuales, más de lo que suele pensar.

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