¿Sabías que no todo lo que te llevas a la boca merece el título de «alimento»? ¡Claro que no! En estos días, el supermercado está lleno de cosas que podrías confundir con comida de verdad, pero ¡ojo!, muchas de ellas están más cerca de ser obras de química que alimentos naturales y nutritivos.
¿Cómo distinguirlos? ¡Es más fácil de lo que piensas! No necesitas ser un experto en cocina, solo un poco de sentido común y un toque de astucia.
»Los alimentos». ¿Qué son?
Son esos tesoros que nos ofrece la naturaleza y que podemos comer directamente sin necesidad de transformación. No solo nos sacian, ¡también nos nutren y nos hacen sentir de maravilla! Son como los superhéroes de la alimentación, siempre listos para salvar el día.
»Los comestibles». ¿Qué son?
Son como la versión menos emocionante de los alimentos. Han pasado por toda clase de cambios, desde ser cocinados hasta ser bombardeados con ingredientes extraños. Sí, puede parecer que ´´saciar´´ el hambre, pero en realidad solo tapan la necesidad de comer y no te nutren. Aunque te parece que si.
¿Qué hace que un alimento sea realmente un buen alimento?
Primero, no debería causarte daño. Debería ser como ese amigo confiable que siempre te cuida. Además, ¿qué tal si es atractivo y apetitoso? Una fruta madura y jugosa hará que te haga la boca agua más rápido que un plato lleno de productos procesados.
Aquí va un truco: si puedes comerlo tal cual, sin necesidad de cocción o aditivos, ¡entonces estás ante un verdadero alimento! Piensa en una manzana o un plátano. Los pelas y ¡zas! ¡Listos para disfrutar!
Pero ten cuidado, no todos los alimentos son seguros para nosotros. Algunas cosas, como ciertos hongos, pueden ser peligrosas incluso después de cocinarlas. ¡Así que mantén los ojos abiertos!
Y lo más importante: ¿se digiere fácilmente? Si después de comer algo sientes que tu estómago está en plena revuelta, es probable que no sea el alimento adecuado para ti. Escucha a tu cuerpo, ¡siempre tiene algo importante que decir!
Tabla de los ALIMENTOS / COMESTIBLES / PREPARADOS
ALIMENTOS | ALIMENTOS TRANSFORMADOS | COMESTIBLES ( SOMETIDOS AL CALOR ) | PREPARADOS ( COCINADOS Y TRANSFORMADOS ) |
-frutas -verduras -hortalizas -frutos secos -raices -algas -flores -cereales -legumbres -tiernos | – zumos -batidos -triturados de cereales ( copos de avena ) -aceites extra virgen -frutos secos -tahini ( blanco ) | -verduras fritas/horneadas/cocinadas -frutas fritas/horneadas/cocinadas -carnes fritas/horneadas/cocinadas -sopas -pastas -arroz -cereales -granos | -concentrados y jarabes -productos con harina refinada -azúcar blanco -conservas -tarros (o productos en conserva) -comida rápida -platos preparados -dulces industriales -carne procesada -productos de repostería y panadería -bebidas energéticas -productos lácteos procesados (queso fundido) -productos instantáneos -bebidas azucaradas -aperitivos listos |
-tatar -sushi -miel cruda -leche cruda | -quesos de leche cruda -fermentados -congelados ( frutas & verduras ) | -huevos -carne -leche pasteurized |
En resumen, elige sabiamente en el supermercado. No te dejes engañar por envases brillantes y publicidad deslumbrante. Opta por lo natural, lo fresco y lo que te haga sentir realmente bien. ¡Tu cuerpo te lo agradecerá!
Animales de gusto refinado: los humanos
¡Hola! ¿Alguna vez te has detenido a pensar en tu naturaleza animal? Porque, en realidad, somos parte del reino animal, y supuestamente la especie más desarrollada (JA JA…). Es cierto. Aunque hemos recorrido un largo camino en la evolución, no todos los cambios han sido exitosos (JA JA JA…). Por ejemplo, somos la única especie que bebe leche de otros animales y que «necesita» cocinar sus alimentos para poder disfrutarlos «correctamente». Pero en lugar de «necesita», tal vez sería más adecuado decir que hemos estado experimentando con lo que metemos en nuestra boca desde hace mucho tiempo. Hoy en día, casi todo puede ser transformado, procesado y modificado para que podamos «disfrutar» del sabor completo de lo que consumimos… Aunque, desafortunadamente, en la mayoría de los casos no lo hacemos por verdadero hambre.
El fuego y la comida cocinada
Pero esto no siempre fue así. El período en el que cocinar y preparar alimentos sobre fuego se convirtió en una práctica común fue bastante breve en comparación con toda nuestra historia. Al principio, éramos recolectores y nos alimentábamos de lo que la naturaleza nos ofrecía: bayas jugosas, hortalizas frescas, semillas, flores y raíces. Incluso si nos encontrábamos con un animal, a menos que fuera muy pequeño o nos ignorara por completo, no era nuestra primera opción cazarlo. Hasta que un día, el fuego llegó a nuestras vidas y todo cambió.
No seas tan de carne, mi querido
No digo que eso haya sido malo, ¡ni mucho menos! No creo que debamos regresar a ser recolectores prehistóricos. Sin embargo, pienso que nuestros cuerpos han evolucionado durante millones de años para digerir lo que la Tierra nos ofrece, no para enfrentarse a las complejidades de un filete de carne con salsa y papas fritas cargadas de queso. Los vegetales estaban aquí antes que nosotros, lo que significa que nos adaptamos a ellos, no al revés. Recolectábamos de la tierra, recogíamos de los árboles, machacábamos semillas y descubríamos sabores bajo las cáscaras. Nos adaptábamos a lo que teníamos a mano.
No somos lo que creemos
Ahora, imagina por un momento si nos hubiéramos desarrollado en un entorno donde la carne cruda o procesada fuera la base de nuestra alimentación. ¿Habríamos evolucionado de manera diferente? Es posible. Sin embargo, la realidad es otra y hoy en día enfrentamos un desafío: nuestro organismo no está diseñado para la comida ultra procesada ni para el exceso de carne. Simplemente, esto nos perjudica. Quizás no lo notemos de inmediato, pero con el tiempo, nuestro cuerpo nos lo hace saber. A medida que envejecemos, nos volvemos más susceptibles a enfermedades como el cáncer y las enfermedades cardíacas, y mucho tiene que ver con lo que comemos. La carne y los alimentos ultra procesados actúan como agentes infiltrados en nuestro sistema, promoviendo enfermedades sin que apenas nos demos cuenta. Nos hemos acostumbrado a luchar contra sus efectos, pero ¿a qué costo?
No te prives de nada
¡Pero tranquilo! No te estoy pidiendo que renuncies de inmediato a todos tus alimentos favoritos. La clave está en la moderación y la consciencia. Reducir la cantidad de alimentos procesados y optar por opciones más naturales y frescas es un buen comienzo. Escuchar a tu cuerpo y comprender qué te sienta bien es fundamental
Si lo haces, hazlo bien
¿Sabías que la forma en que cocinamos los alimentos también importa? La cocción a altas temperaturas puede destruir muchas de las vitaminas y minerales que necesitamos, así como generar sustancias dañinas para nuestro cuerpo. Por eso, siempre es bueno mantener un equilibrio y, si quieres suavizar el impacto de una comida cocinada, ¡empieza con una buena ensalada fresca!
Sea consciente de tus elecciones pero no te privas de lo que te hace felíz
Sé consciente de tus elecciones, pero no te prives de lo que te hace feliz
Recuerda que no se trata de prohibirte cosas, sino de tomar decisiones conscientes y equilibradas que te ayuden a mantener una vida saludable y feliz. ¡Siempre hay espacio para disfrutar de esos pequeños placeres culinarios que nos hacen felices!
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