Energía enfocada en la limpieza del cuerpo.
Cuando el cuerpo acumula más toxinas de lo normal, se desencadena lo que podríamos llamar una «limpieza interna». Es como si el cuerpo se diera cuenta de que está demasiado sucio por dentro y necesita hacer algo al respecto. Comienza a trabajar para eliminar esas toxinas y volver a un estado más saludable, por debajo de un límite seguro. ¿Por qué acumulamos estas toxinas? Principalmente por lo que comemos (algunas combinaciones de alimentos, comida poco saludable, comer en horarios poco adecuados, etc.) y también por cómo manejamos nuestras emociones y pensamientos. En resumen, vivir de forma desequilibrada puede hacernos sentir cada vez más débiles y enfermos. Pero cuando el cuerpo alcanza su límite de tolerancia, se activan todas las alarmas y comienza un proceso de reparación para volver a un estado aceptable de salud.
Los signos de la energía vital del cuerpo
La verdad es que no podemos verla y solo a veces la sentimos, siempre y cuando estemos conscientes de ella. No la percibimos ni la experimentamos por la noche, cuando el cuerpo está ocupado en procesos curativos y regenerativos, pero esto no significa que no esté presente. Podemos sentirnos más conscientes de ella por las mañanas, especialmente en casos de toxemia elevada. Cuando te despiertas cansado, tosiendo, con exceso de mucosidad y sin energía. Cuando tu rostro está hinchado, con ojeras y tu lengua está cubierta de una capa blanquecina, todos estos son signos de que el proceso de desintoxicación aún no ha finalizado. Al observarte en este estado, puedes ver por ti mismo los efectos del proceso de desintoxicación en pleno desarrollo. El cuerpo está en pleno proceso de eliminación.
Enfocado en la limpieza de lo que no pe pueda perjudicar
Cuando se desata una crisis depurativa, los síntomas se hacen sentir con fuerza. Todo el sistema se enfoca en limpiar el cuerpo. Aquí tienes algunos de los síntomas que podrías experimentar durante esta crisis:
- Fiebre
- Dolores intensos
- Problemas de estreñimiento
- Resfriados y gripe
- Inflamación en diferentes partes del cuerpo como la garganta, la nariz, los ojos o las vías urinarias
- Cistitis
- Diarrea
- Vómitos
- Dolores de cabeza
Una ‘crisis depurativa’
Una crisis depurativa es como una especie de gran limpieza que hace tu cuerpo cuando se siente sobrecargado de toxinas. Imagínalo como cuando decides limpiar tu habitación después de haberla descuidado por mucho tiempo. Durante esta «limpieza interna», tu cuerpo se deshace de todas las cosas que considera perjudiciales para tu salud. Esto puede provocar algunos síntomas molestos, como fiebre, dolores, malestar estomacal o resfriados. Pero en realidad, es una señal de que tu cuerpo está trabajando duro para recuperar su equilibrio y estar más saludable. Es como si tu cuerpo dijera: «Necesito un poco de tiempo para limpiar esto y después me sentiré mucho mejor».
Cuando el cuerpo enfoca sus fuerzas donde lo ve más necesario
Al tener toda la energía enfocada aquí ( en el sistema de eliminación ) , es lógico, como en casos anteriores, que el resto de los sistemas carezcan de fuerza para cumplir con sus funciones. Tanto el sistema de relación como el sistema digestivo se ven afectados.
El sistema de relación se encuentra paralizado, lo que se manifiesta en:
- Una sensación de cabeza embotada
- Cansancio
- Falta de ganas de moverse
- Falta de ganas de relacionarse
- Falta de ganas de trabajar
- Dificultad para pensar de forma clara y lógica
La sintomatología del sistema digestivo paralizado incluye:
- Falta de apetito porque el cuerpo no puede procesar los alimentos
Es muy importante no obligarse a comer, ya que esto sería contraproducente y ralentizaría el proceso de recuperación.
Lo único que necesitas en este estado es:
- Tranquilidad.
- Descanso.
- Evitar comer.
- Reducir tus actividades físicas y mentales.
No hacerle caso al cuerpo te va a facturar en el futuro
Desafortunadamente, hacemos todo lo contrario porque nos insistan y nos dicen que:
- comamos.
- trabajemos.
- sigamos con nuestras actividades.
- continuemos con tareas que no pueden esperar.
Y seguimos adelante a expensas de nuestra salud… No escuchamos a nuestro cuerpo, pero sí escuchamos a los malos consejeros y a las personas de las que dependemos económicamente y emocionalmente. Hoy en día, no se nos permite escuchar a nuestro cuerpo y reaccionar a tiempo. Se nos obliga a ir en contra de nuestras necesidades y a ignorar las señales del organismo. Desperdiciamos nuestra salud, que solo tenemos una, y nadie, repito, nadie te dará otra. Puedes ganar los mejores sueldos del mundo, pero si un día te enfermas gravemente, puede que no haya una cura que te salve la vida, una vida que tanto malgastamos en cosas que realmente no son importantes.
Hay muchos malos consejeros que, aunque no lo hagan con mala intención, al no tener educación en el tema, se convierten en expertos en cada materia. En ocasiones, nos vemos influenciados por sistemas de normas o creencias que no necesariamente promueven un estilo de vida saludable. A menudo, seguimos estas reglas con la mejor intención, pero debemos recordar que nuestro bienestar es individual y único. Es crucial ser conscientes de nuestras propias necesidades y escuchar a nuestro cuerpo para tomar decisiones que nos permitan liberarnos de manera adecuada, incluso si esto significa apartarse de las normas establecidas.
Por eso, no comas ni te esfuerces con las tareas diarias que normalmente tienes que hacer si no te encuentras bien. Cuando sufres una crisis depurativa, esto significa que tu cuerpo necesita el máximo descanso para poder recuperarse. Sin esta recuperación, no podrás luchar contra las enfermedades y problemas cotidianos, y pronto estos problemas podrían abrumarte por completo. Escucha a tu cuerpo.
Deja de comer si no tienes las condiciones adecuadas
Es preferible no comer que comer cuando no hay condiciones adecuadas.
Cuando uno se siente abrumado por una sobrecarga de trabajo, con mucha responsabilidad y proyectos por terminar todos al mismo tiempo, puede experimentar estrés y sentirse utilizado. En estas situaciones, la energía de nuestro cuerpo tiende a dirigirse hacia el sistema de relación, dejando los sistemas de nutrición y eliminación paralizados o al menos mucho menos activos. Aunque todos necesitamos comer de vez en cuando, en estas circunstancias, es posible que no sintamos mucho apetito porque nuestro cuerpo no está preparado para digerir la comida. No tiene la fuerza necesaria para realizar adecuadamente la digestión, absorción y eliminación de los alimentos.
Comer en estas condiciones puede hacer más daño que bien. Si nos sentamos a comer con el estómago encogido y nos apresuramos a tragar la comida en lugar de masticarla lentamente y con calma, podemos causarnos más daño que beneficio. Es mejor no comer nada que forzarse a comer en situaciones de estrés y presión. Si no tenemos hambre, si nuestros jugos gástricos no se secretan adecuadamente y si nuestro sistema digestivo no tiene la fuerza necesaria para procesar los alimentos, es mejor no comer en absoluto.
Lo mismo ocurre si decidimos comer frente al ordenador, solo para no perder tiempo o para poder rendir más. Renunciar a nuestras necesidades básicas, como comer con tranquilidad, no es beneficioso a largo plazo. Es mejor no comer que comer en circunstancias que no nos permiten disfrutar de la comida con verdadero apetito y tranquilidad.
Las necesidades de tu cuerpo no tienen ni
A veces, realmente no importa si estamos siguiendo nuestros ritmos biológicos o no, ni siquiera importa la calidad de la comida. Incluso si es la mejor del mundo, cuando nos encontramos en una situación estresante, nerviosa o agobiante, es mejor evitar comer o hacerlo en pequeñas cantidades y eligiendo opciones ligeras.
Si alguien pregunta, «¿Entonces, cuándo debo comer si no encuentro las condiciones adecuadas en el trabajo?» La respuesta es sencilla: en casa, cuando regreses y puedas relajarte, liberando la tensión acumulada durante tu jornada laboral. Siéntate a la mesa con tus seres queridos o tu mascota, o simplemente disfruta de un momento de tranquilidad para ti. Por fin, no tienes que apresurarte ni estresarte por completar tareas a tiempo. Este es tu momento; no lo desperdicies.
De esta manera, incluso si a menudo nos encontramos fuera de nuestros ritmos biológicos, nuestro cuerpo podrá digerir los alimentos de manera más efectiva. Además, esta vez, comer será una actividad mucho más placentera, ¡te lo aseguro! 🙂
Soltar por algunos días
A veces, es importante tomarse un descanso por unos días. Hoy en día, a menudo nos sentimos presionados a ser como guerreros que siempre están en lucha en lugar de simplemente vivir la vida. Nos dicen que debemos aguantar hasta el final y no mostrar ninguna debilidad. Además, nos cargan con muchas responsabilidades tanto en el trabajo como en nuestra vida personal. Terminamos lidiando con muchas tareas al mismo tiempo, pero muchas veces no es para hacernos más felices. En realidad, a menudo lo hacemos para competir con los demás o para acumular más cosas materiales que creemos que nos harán sentir mejor, pero el problema es que no siempre es así. Nos enfocamos tanto en ganar que nos perdemos en un ciclo interminable de deseos que nunca podemos satisfacer todos. Siempre querremos más y nunca parecerá suficiente, y esta es una realidad que pocas personas quieren reconocer.
Realmente no es necesario estar siempre en modo de lucha y conflicto todos los días. Es importante respetar nuestras necesidades básicas, como el sueño, el hambre y el cansancio. Tomar estimulantes para seguir adelante no es la solución. No deberíamos enseñarles a nuestros hijos que esta es la forma de vivir, porque solo creamos una sociedad de personas estresadas y enfermas que no están realmente viviendo, sino simplemente sobreviviendo.
Encuentra el motivo de tus molestias
Para abordar cualquier malestar, es fundamental identificar su origen. La medicina higienista sugiere que, cuando nos enfrentamos a momentos difíciles, fatiga o deterioro de la salud, es crucial investigar en nuestro entorno las posibles causas del malestar, ya que suelen ser responsables de nuestro agotamiento. Estas causas pueden variar de una persona a otra y dependen de circunstancias individuales. Entre las razones más comunes se encuentran:
- Combinaciones de alimentos poco saludables: consumir alimentos que no combinan bien o que son difíciles de digerir puede afectar nuestro bienestar general.
- Inadecuación de los productos: usar productos que no son adecuados para nuestra constitución física puede llevar a problemas de salud.
- Estilo de vida desequilibrado: no dormir lo suficiente, consumir sustancias tóxicas o ignorar nuestras propias necesidades pueden deteriorar nuestra salud.
- Priorizar a los demás sobre uno mismo: enfocarse siempre en complacer a los demás en lugar de cuidar de nuestras propias necesidades puede generar malestar y agotamiento.
- Conflictos internos: vivir en desacuerdo con nuestros deseos y creencias puede causar estrés y malestar.
- Resistencia a aceptar las circunstancias: Negarse a aceptar la realidad de nuestras circunstancias puede generar tensión y malestar emocional.
- Influencias negativas de la crianza o valores erróneos: la influencia de una crianza inadecuada o de valores equivocados puede afectar nuestro bienestar.
- No aceptar los desafíos: la falta de disposición para enfrentar y aceptar los desafíos que se nos presentan puede contribuir a nuestra incomodidad.
- Relaciones personales dañinas o tóxicas: mantener relaciones que nos afectan negativamente puede ser una fuente importante de malestar.
Identificar y comprender estos factores te ayudará a tomar las medidas necesarias para mejorar tu salud y bienestar.
El alarma apagada
Una falta de la sintomatología no siempre es una buena señal. A menudo, sucede que, a pesar de que la energía esté totalmente enfocada en el sistema de nutrición y eliminación, uno puede carecer de síntomas evidentes, lo que puede hacer que todo parezca estar bien…
Sin embargo, no te dejes engañar por las apariencias. Solo porque no tengas síntomas no significa necesariamente que estés saludable; a veces ocurre lo contrario.
¿Por qué es posible que no experimentes síntomas de advertencia? Es probable que el proceso de señalar estas advertencias, que son los síntomas en este caso, esté paralizado debido al gran desgaste en otros sistemas del cuerpo. A menudo escuchamos historias de pacientes que no experimentan síntomas, que se sienten bien y no parecen enfermarse, hasta que de repente se enferman gravemente, sin previo aviso, y la enfermedad es tan grave que no hay forma de reaccionar a tiempo. La toxicidad se estaba acumulando silenciosamente debido a la falta de desagüe, y así se formó una enfermedad crónica que no mostraba síntomas hasta que era demasiado tarde.
El hecho de que experimentemos una crisis depurativa, significa que el cuerpo tiene la fuerza y la voluntad de purificarse de la toxemia acumulada y continuar con sus procesos regenerativos y curativos.
Si un día tu cuerpo deja de reaccionar, esto indica que has entrado en un estado de enfermedad crónica, que el cuerpo percibe como normal pero que en realidad es muy peligroso.
Siempre respeta tus emociones y necesidades físicas. Eres único.
Cada vez que te encuentres abrumado por el trabajo, comprometido con obligaciones que parecen interminables o luchando por establecer límites en tu vida, recuerda que es crucial no descuidar tu salud física y emocional. La alimentación y el manejo adecuado de tus emociones son fundamentales para mantener la vitalidad que necesitas para cumplir con tus responsabilidades y perseguir tus sueños. No subestimes el impacto que una alimentación equilibrada y una gestión emocional adecuada pueden tener en tu energía y bienestar general.
Cada vez que las circunstancias de la vida te sumerjan en un ajetreo laboral super pesado, cuando te encuentres sobrecargado de obligaciones y trabajo, considera adoptar una alimentación más natural y alejarte de la alimentación convencional. Así tendrás menos probabilidades de que la situación te desborde.
Cada vez que te enfrentes a una situación emocionalmente difícil, como el duelo, una ruptura o una pérdida personal, es importante escuchar a tu cuerpo. Si no tienes hambre, no te fuerces a comer, pero si lo haces, trata de optar por alimentos crudos y naturales. Esto te ayudará a mantener tu fuerza y resiliencia frente a los desafíos que enfrentas.
Espero haber despertado tu interés en comprender mejor tu cuerpo y cómo cuidarlo. ¡Realmente es sorprendente cómo funciona nuestro cuerpo y lo importante que es escuchar sus señales! Así que, chicos, ¡escuchen a sus cuerpos y disfruten de la vida que solo tenemos una!